domingo, 18 de diciembre de 2016

‘Nos vencieron’, por Joaquín Toril Cerro

Nuestro compañero Joaquín Toril Cerro colabora con 17 Pueblos. 
El neoliberalismo ganó, pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Tras la caída del III Reich, dos modelos político-económicos, aparentemente antagónicos, se alzaron como únicas opciones de modelos políticos, “Capitalismo vs Comunismo”. Pero, como en botica, existen variantes del modelo capitalista, y en la desolada Europa de la postguerra, con la cercanía geográfica con el modelo comunista, nació un “híbrido” llamado Social Democracia, de abuelos socialistas y padres capitalistas.
La Social Democracia creía en el libre mercado sí, pero eso sí, con ciertos controles en ámbitos estratégicos. La redistribución de la riqueza, el acceso a la educación y la sanidad, las políticas de ayudas a desempleados o las coberturas a los más mayores crearon una sociedad libre y, en gran medida, justa.
Durante 20 años, apoyados en las teorías económicas keynesianas y con un avance en materia de derechos sociales, Europa vivió el mayor periodo de prosperidad en su historia. Claro que, los grandes capitales, querían más (¿cuándo tienen suficiente?), pero tenían claro, que un paso en falso, no hacia otra cosa que acercarnos al modelo comunista.
Pero en la historia, como tantas veces, bastó un hecho para cambiarlo todo. Cayó la URSS, con ella el miedo al comunismo de los grandes capitales. El neoliberalismo prendió como una cerilla empapada en gasolina, y todas las medidas de redistribución de la riqueza decrecieron con los años en post de una economía mejor. Rápidamente, se propagó en la sociedad, una cultura de la subversión hacia el “estado”. El Estado ya no era quien nos ayudaba económicamente cuando estábamos en desempleo, sino quien expoliaba nuestros ingresos a través de impuestos.
Hoy en día, el mayor logro del neoliberalismo es que detestemos la palabra Estado. Pero, el Estado, no es un fin, sino una herramienta para poder cumplir un fin, y dependerá de quién utilice dicha herramienta con la consecución del fin que se consiga.
Hemos llegado a tal nivel de alienación, que aquellas personas que necesitan que el Estado los protejan, lo detestan, mientras que en la otra cara de la moneda, personas claramente neoliberales, no tienen ningún reparo en trabajar para el Estado.
Sí, hablo de profesores, médicos, policías o funcionarios, que no muestran ningún reparo a la hora de considerar que la intervención del estado debiese ser menor con una mano, mientras con la otra cobran del mismo por trabajar para él. Si, por ejemplo, un médico o un profesor, funcionario de los cuerpos del Estado,  se declara abiertamente neoliberal, ¿no debería poner en práctica sus ideas y abrirse camino en el sector privado? ¿por qué no es consecuente con su pensamiento?
El neoliberalismo ganó. Ganó por que dejamos la única herramienta que tiene el ciudadano de a pie para defenderse en manos de sus perseguidores.
Joaquín Toril Cerro
Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración y Máster en Técnicas Cuantitativas en Gestión Empresarial
 Ver en https://www.17pueblos.es/nos-vencieron-joaquin-toril-cerro/

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